jueves, 16 de junio de 2016

Astronomía maya

Astronomía maya

Representación de un astrónomoen el Códice de Madrid
Los mayas hicieron observaciones meticulosas de los cuerpos celestes, registrando pacientemente datos astronómicos sobre los movimientos del Sol, la Luna, Venus y las estrellas. Esta información se utilizaba para la adivinación, ya que la astronomía maya sirvía esencialmente propósitos astrológicos. El propósito de la astronomía maya no era el estudio del universo por razones científicas, ni la medición de las estaciones para calcular la siembra de cultivos. Fue más bien utilizado por el sacerdocio para comprender los ciclos de tiempo pasados, y proyectarlos hacia el futuro para poder hacer profecías. Los sacerdotes mayas refinaron sus observaciones y registraron los eclipses del Sol y la Luna, los movimientos de Venus y los de las estrellas; éstos se compararon con acontecimientos fechados del pasado, en el supuesto que se producirían hechos similares en el futuro, al prevalecer las mismas condiciones astronómicas. Las ilustraciones de los códices muestran que los sacerdotes hicieron observaciones astronómicas a simple vista, utilizando palillos cruzados como dispositivo de observación.El análisis de los pocos códices restantes del Posclásico, reveló que, en el momento del contacto con los europeos, los mayas habían elaborado tablas de eclipses, calendarios y un conocimiento astronómico que era más preciso que el conocimiento comparable en Europa de esta época.
Los mayas midieron el ciclo de Venus de 584 días con un margen de error de apenas dos horas. Cinco ciclos de Venus se equiparan a ocho ciclos calendáricos de 365 días del calendario haab, y este período fue registrado en los códices. Los mayas también siguieron los movimientos de JúpiterMarte y Mercurio. La aparición de Venus como estrella de la mañana estaba asociado con el renacimiento de los héroes gemelos.Los mayas asociaron la salida helíaca de Venus con la destrucción y convulsión en el mundo.Venus estaba estrechamente vinculado con la guerra, y el glífo para «guerra» incorporó el elemento glífico que simboliza el planeta. Las líneas de visión de las ventanas del edificio El Caracol en Chichén Itzá se alinean con los extremos norte y sur de la trayectoria de Venus. Los gobernantes mayas lanzaron campañas militares en el momento que coincidió con la salida heliaca o cósmica de Venus, y también sacrificaron cautivos importantes durante estas conjunciones.
Los eclipses solares y lunares eran considerados acontecimientos particularmente amenazantes, que podrían traer el desastre al mundo. El Códice Dresde incluye la mención de un eclipse solar, representado como una serpiente que devora el k'in, el glífo del «día». Los eclipses se interpretaron como si el Sol o la Luna fuesen mordidas, y se registraron las tablas lunares con el propósito de predecirlos y realizar las ceremonias apropiadas para evitar el desastre.

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